domingo, 9 de diciembre de 2007

EL PRECIO DE LOS PLACERES DEL MUNDO

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: Pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Gálatas 6:7.

El sol se ocultaba y la noche se acercaba lentamente, por aquellas calles de la gran ciudad de San Salvador.
Eduardo Mancia miraba su viejo reloj de puño y murmuro:

_Es hora de la predicación, y no debo faltar.

Se levantó para tomar la Biblia que había dejado sobre la mesa, pero cuando se disponía a salir, un grupo de motociclistas se detuvo frente a su casa, eran sus amigos de escuela.

¿Para donde vas Eduardo? No me digas que para la iglesia.

_exactamente, voy para la iglesia-contestó.

_No, que vas hacer a la iglesia, eso es para los viejos, mejor nos vamos a la discoteca con unas liadísimas amigas de la universidad, y veras que no te arrepentirás-le dijo Guillermo uno de sus amigos.

Las jovencitas llegaron en un auto deportivo y Eduardo entró a la casa para dejar sobre el televisor la Biblia, y quitándose la corbata se fue con aquellos muchachos para la discoteca a pesar de los consejos de su padre y de su madre.

_Dolor es para su padre el hijo necio-proverbios 19:13.

Aquellos consejos hacían eco en su memoria, pero poniéndole un candado a las palabras de sus padres, se alejó por aquellas grandes avenidas.
Pronto llegaron al antro y poco después Eduardo empezó a tomarse sus tragos, los cigarros husmeaban y las chicas se movían bailando al son de la música.
Ya cuando amanecía, Eduardo había perdido la cordura, y junto a Guillermo salieron de aquel lugar para abordar la motocicleta.

_Volemos por estas calles –le dijo.

Aquella maquina rugía como una fiera de acero, y como un rayo cruzaron por aquellas avenidas.
La velocidad aumentaba cada vez más, hasta que se sentían en el aire; pero a tan alta velocidad no se daban cuenta de las señales de tránsito, y cuando cruzaban por una de aquellas calles, un auto apareció de repente, y aquellos chicos no pudieron evitarlo.
La motocicleta quedó destrozada y los jóvenes volaron a varios metros, estrellándose con el pavimento, y la calle se pintó de rojo con la sangre de aquellos muchachos.
La policía informó a los padres de las víctimas y don Julián el padre de Eduardo se fue hasta el lugar de los hechos.

_Sabía que tarde o temprano esto iba a pasar-se dijo agarrándose la cabeza mientras trataba de evitar el llanto.

_Tanto que lo aconsejamos ¿Cómo le diré a mi esposa, lo que le ha sucedido a su hijo?se preguntó.
Regresó a casa temeroso de la reacción de Nora su esposa, pero a ella Dios le había dado fuerzas y se encontraba bien, y es que por la televisión se había enterado de lo sucedido a su querido hijo.
Se abrazaron y lo lloraron mientras pedían fuerzas al todo poderoso.
Esta historia nos muestra las cosas que pueden pasar alejados de Dios, y que nunca debemos pasar por alto los consejos de aquellos que nos quieren.

_Por cuanto aborrecieron la sabiduría, y no escogieron el temor de Jehová, ni siquiera mi consejo, y menospreciaron toda reprensión mía, comerán del fruto de su camino, y serán hastiados de sus propios consejos, por que el desvío de los ignorantes los matará. Proverbios.1:29-32.

Nunca te apartes de los consejos de tus padres, guárdalos en tu corazón y no tomes decisiones propias.

HAY CAMINOS QUE AL HOMBRE LE PARECEN DERECHOS, PERO SU FIN
ES CAMINO DE MUERTE. Proverbios 13:12.

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